Los profesionales más activos y que más están aportando a la enfermería andaluza actual coinciden en destacar el impulso que supone la participación de nuestra profesión dentro de las intervenciones puestas en marcha para la aplicación de la ley 39/2006, de 14 de Diciembre de Promoción de la Autonomía Personal y Atención en Situación de Dependencia, Ley de Dependencia; así se pone de manifiesto en diversas informaciones, artículos y foros desarrollados durante estos últimos dos años. En esta línea podemos destacar algunas de las presentaciones y documentos, tanto de la primera mesa sobre “la dependencia”, como del informe sobre las conclusiones, del V Encuentro Científico de la Asociación Andaluza de Enfermería Comunitaria (ASANEC), celebrado en Torremolinos en Febrero de 2008, donde se destacan, como aspectos positivos de la misma, potenciar nuestro desarrollo profesional, aumentar la posibilidad de captación de clientes, incrementar el reconocimiento social de la profesión o la satisfacción por la posibilidad de ampliar la atención a las cuidadoras. Desde otro punto de vista se nos observa como los profesionales mejor posicionados al poseer los atributos necesarios para ser un pilar para la coordinación socio-sanitaria, en este sentido, hemos sabido poner en práctica la herramienta que representa el baremo de la ley, cumplimentando cerca de 100.000 Informes de Condiciones de Salud, para hacer visibles a las personas con dependencia y a sus cuidadoras. En resumen los autores coinciden en que si las enfermeras conseguimos realmente orientar nuestro trabajo a resolver los problemas de los pacientes, estaremos en el camino de la excelencia de los cuidados 1
Tal juicio no puede suponer una invitación al conformismo. El cuidado enfermero ha evolucionado tanto en el aspecto teórico como práctico, englobando las necesidades y las respuestas humanas. Para ofrecer unos cuidados enfermeros orientados a la calidad total y caminar hacia la excelencia es imprescindible la normalización de la práctica y ésta sería impensable sin la utilización de un modelo enfermero que conceptualice a la persona y al rol de la enfermería. No hay porque ocultar que, en estos momentos, en Andalucía, nos encontramos en pleno proceso de incorporar esa “visión enfermera” que se apoya en un Modelo como marco teórico de referencia. Cualquiera de nosotros, al emitir un juicio diagnóstico, debemos tener integrados los elementos conceptuales del proceso, así como el marco teórico de referencia desde el que se parte. Si, como ocurre en la mayoría de los casos, tenemos en cuenta el modelo de V. Henderson (VH), para confirmar nuestro juicio, será preciso recordar los conceptos clave que se identifican como Fuente de Dificultad: fuerza, conocimiento o voluntad; por lo que aquellos factores relacionados que no se encuentren dentro de estas áreas no se identificarían como Diagnósticos Enfermeros (DdE), ya que la enfermera no tendría capacidad para modificar dicho factor relacional.
La elaboración de los Informes de Condiciones de Salud (ICS), que nos obliga a expresar los diagnósticos enfermeros detectados en cualquier persona a la que valoremos, no puede suponer una traición a nuestros conceptos fundamentales, es inconcebible compartir una doble visión a la hora de emitir un juicio, más aún cuando se están sentando las bases para la adopción de un modelo conceptual común. Metodológicamente no es posible hablar de diagnósticos enfermeros en relación con la ley de dependencia, argumento que se esgrime desde algunos sectores de nuestro sistema. Parafraseando a otro andaluz, no es lo mismo problema de salud, no es lo mismo etiqueta diagnóstica, no es lo mismo diagnóstico enfermero; es distinto. No es lícito que se redefinan los enunciados de las etiquetas diagnósticas en base a la ley de dependencia. No se puede expresar correctamente un diagnóstico enfermero sin sus factores relacionados y/o manifestaciones. Podemos encontrar en documentación oficial expresiones como “para facilitar la correcta cumplimentación del ICS, se hace necesario el cambio de la visión enfermera con respecto a la formulación de los DdE” o “algoritmo de ayuda para el juicio diagnóstico enfermero orientado a la cumplimentación del ICS”.
Tal juicio no puede suponer una invitación al conformismo. El cuidado enfermero ha evolucionado tanto en el aspecto teórico como práctico, englobando las necesidades y las respuestas humanas. Para ofrecer unos cuidados enfermeros orientados a la calidad total y caminar hacia la excelencia es imprescindible la normalización de la práctica y ésta sería impensable sin la utilización de un modelo enfermero que conceptualice a la persona y al rol de la enfermería. No hay porque ocultar que, en estos momentos, en Andalucía, nos encontramos en pleno proceso de incorporar esa “visión enfermera” que se apoya en un Modelo como marco teórico de referencia. Cualquiera de nosotros, al emitir un juicio diagnóstico, debemos tener integrados los elementos conceptuales del proceso, así como el marco teórico de referencia desde el que se parte. Si, como ocurre en la mayoría de los casos, tenemos en cuenta el modelo de V. Henderson (VH), para confirmar nuestro juicio, será preciso recordar los conceptos clave que se identifican como Fuente de Dificultad: fuerza, conocimiento o voluntad; por lo que aquellos factores relacionados que no se encuentren dentro de estas áreas no se identificarían como Diagnósticos Enfermeros (DdE), ya que la enfermera no tendría capacidad para modificar dicho factor relacional.
La elaboración de los Informes de Condiciones de Salud (ICS), que nos obliga a expresar los diagnósticos enfermeros detectados en cualquier persona a la que valoremos, no puede suponer una traición a nuestros conceptos fundamentales, es inconcebible compartir una doble visión a la hora de emitir un juicio, más aún cuando se están sentando las bases para la adopción de un modelo conceptual común. Metodológicamente no es posible hablar de diagnósticos enfermeros en relación con la ley de dependencia, argumento que se esgrime desde algunos sectores de nuestro sistema. Parafraseando a otro andaluz, no es lo mismo problema de salud, no es lo mismo etiqueta diagnóstica, no es lo mismo diagnóstico enfermero; es distinto. No es lícito que se redefinan los enunciados de las etiquetas diagnósticas en base a la ley de dependencia. No se puede expresar correctamente un diagnóstico enfermero sin sus factores relacionados y/o manifestaciones. Podemos encontrar en documentación oficial expresiones como “para facilitar la correcta cumplimentación del ICS, se hace necesario el cambio de la visión enfermera con respecto a la formulación de los DdE” o “algoritmo de ayuda para el juicio diagnóstico enfermero orientado a la cumplimentación del ICS”.
No nos equivocamos al asegurar el enorme daño que para las estructuras mentales de los profesionales (donde se elaboran las imágenes hipotético-deductivas de los casos) está suponiendo este doble posicionamiento.
En conclusión, desde enfermeriadenlace opinamos que hace falta una remodelación del informe de condiciones de salud donde:
- Se puedan registrar diagnósticos enfermeros en formato completo PES (o al menos problema y etiología)
- Nos cuestionamos la pertinencia de reflejar sobre cuales de los diagnósticos expresados en el informe se está ejecutando, en el momento de su redacción, planes de cuidados con estos pacientes, de nada sirve poner un listado de DdE si no hacemos nada con ellos en el día a día.
- Se garantice la continuidad intersectorial, es decir, ¿de que manera utilizan esa información los profesionales que interpretan el informe?, ¿tiene valor añadido?, ¿entienden ese lenguaje?, ¿están suficientemente preparados para darle utilidad a lo que reflejamos?, ¿son mejores conocedores de las realidades individuales y familiares quienes en una sola visita tienen que reflejar y decidir sobre las situaciones de estos ciudadanos o los profesionales que se dedican cada día a ellos "a pie de cama"?
- Deberíamos iniciar un debate sobre la adecuación del modelo de VH a este grupo poblacional. Poner de manifiesto las fisuras en este modelo nos permitirá mejorar en el futuro.
- Se haga una mención expresa al modelo enfermero desde el cuál se debe interpretar el informe,…yo soy de Henderson, soy de Callista Roy, soy de Peplau…
No podemos adaptar la Enfermería actual a la ley de dependencia, mas bien, lo normal sería, adaptar los informes de Condiciones de Salud y la información que en ellos se solicita, al marco teórico-práctico de la Enfermería, solo así lograremos una enfermería independiente y estaremos en el camino de la excelencia.
1 Se puede ampliar esta información en la web de la sociedad científica (http://www.asanec.org/). Requiere registro en la misma.
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